El fervor con el que coleccionistas y casas de subastas acogen hoy a la generación más joven de artistas es digno de análisis. Thierry Ehrmann, presidente y fundador de Artmarket.com, constata que « las estrellas más jóvenes del arte contemporáneo pueden llegar a ser en pocos años mucho más caras que los grandes maestros antiguos. Ni la rareza de una obra ni el lugar que ocupa su autor en la historia del arte parecen tener hoy tanto peso como la sensación de novedad y la emoción que despierta. » En efecto, algunos creadores menores de 40 años multiplican por 10, 20 o incluso 30 las estimaciones de las grandes casas de subastas. Sus éxitos son inusualmente precoces y sus creaciones pasan bruscamente de algunos miles a varios millones de dólares mientras que en el pasado, la cotización de un artista se iba construyendo con el tiempo. El origen de este fenómeno -que se observa desde comienzos de los años 2000 y se ha acelerado en fechas recientes- parece estar relacionado con el terremoto provocado en 2001 por la escultura Michael Jackson and Bubbles, de un Jeff Koons que entonces tenía 46 años. La obra conseguía 5,6 millones de dolares en Sotheby’s, un precio desorbitado en aquel momento para un artista en la mitad de su carrera. Es posible que un resultado tan excepcional en el comienzo del milenio haya ayudado a que la creación más contemporánea se mueva en niveles de precios tradicionalmente reservados a los nombres consagrados. Las grandes casas de subastas incluyeron en sus catálogos, en los años siguientes, obras cada vez más recientes realizadas por artistas cada vez más jóvenes, tanto es así que desde la venta del Michael Jackson and Bubbles de Koons ¡el número de artistas menores de 40 años se ha multiplicado por cinco y su volumen de ventas por 26!. [Jeff Koons, Michael Jackson and Bubbles. Cortesía Sotheby’s]
