Casi desde el mismo momento en que los humanos comenzaron a fermentar uvas para convertirlas en vino, ésta estrecha relación tuvo su reflejo también en el arte: desde antiguos murales de bacanales hasta tapices de cosecha medievales, escenas de fiestas renacentistas y bodegones modernos. Nuestros ancestros pintaban las fiestas del vino en las paredes de las tumbas y la acuñaron en las primeras monedas. A lo largo de los siglos y a través de las culturas, el vino se ha utilizado como alegoría del gusto, la clase, el cortejo y lo divino. Sus múltiples representaciones revelan su poderoso significado cultural. La exposición Vino. Arte y Símbolo propone una revisión histórica, cultural y artística de los diferentes significados y representaciones del vino desde la cultura mesopotámica hasta la actualidad. Organizada por la Fundación Unicaja de Málaga en colaboración con el Museo Vivanco de la Cultura del Vino de Briones (La Rioja), reúne 89 piezas coleccionadas por la familia bodeguera Vivanco durante los últimos 40 años, que muestran cómo el vino forma parte indisociable de la historia de la humanidad, siendo un elemento tomado por creadores y religiones, que conforma la raíz mitológica y artística de casi todas las civilizaciones asentadas a orillas del mar Mediterráneo.
Una prensa vinícola aragonesa de finales del siglo XIX situada en el patio del Centro Cultural Fundación Unicaja inicia el recorrido de esta muestra que, tras exponer un breve resumen de su contenido entre cuévanos, comportones, una estrujadora, un filtro y una encorchadora, da paso a una sala audiovisual dedicada a las artesanías del vino, en la que se pueden apreciar los modos tradicionales de fabricación de toneles, botellas, corchos o botas.
La vid, el vino y su papel en la historia, la mitología y la religión cobran protagonismo en esta exposición a través de piezas de la época romana, como bustos o bajorrelieves, destacando éstos por su valor plástico y ornamental. También mediante obras de arte de temas clásicos y báquicos presentes en los palacetes y casonas de la alta burguesía, especialmente en el campo de la pintura y las artes decorativas. Igualmente a través de las obras plásticas de corte vanguardista, popular o intimista, propias del arte contemporáneo, que rompieron con las formas estereotipadas de representación de la vid y el vino basadas en la tradición sacra y mitológica.
La sección Mito y religión profundiza en la relación y presencia del vino en los ritos, mitologías y liturgias de la humanidad, desde la cultura mesopotámica al barroco europeo del siglo XVIII, tal y como se manifiesta en estelas funerarias egipcias; ritones mesopotámicos y grecolatinos; bustos romanos, tallas castellanas del siglo XVI, y óleos de las centurias XVII y XIX.
El apartado Inspiración artística completa el recorrido a través de una selección de obras que reflejan múltiples etapas y tendencias de la historia del arte universal con el vino y su cultura como origen de sus temáticas. En una primera estancia cobran protagonismo dos mosaicos romanos y la escultura de un vendimiador de entre los siglos II y VI. Se da paso a espacios donde destacan objetos como un pequeño sarcófago sasánida del año 590-628 d. C.; un bastón ceremonial vitivinícola decimonónico tallado en marfil y hueso de narval; copas y vasos tallados en marfil y plata procedentes de Nuremberg o Italia; óleos de autores como el flamenco Frans Francken el Joven, Jan Van Scorel o la familia Bassano; grabados de Ribera o Mantegna, y tapices franceses y flamencos de entre los siglos XVI y XVIII. Una sala dedicada al arte contemporáneo cierra la muestra, conectando las uvas y el vino a autores como Picasso, Warhol, Juan Gris, Tàpies, Chagall, Barceló, Roy Lichtenstein o Joaquín Sorolla.
Hasta el 21 de abril. Fundación Unicaja. Málaga. Fundacionunicaja.com
