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    Botero, entre la sensualidad y la melancolía

    La Fundación Ibercaja presenta en el Museo Goya de Zaragoza la exposición temporal Fernando Botero. Sensualidad y melancolía con 40 obras, entre pinturas, esculturas y dibujos, realizados desde 1963 hasta 2022 y, con esta muestra, el afamado artista colombiano llega por primera vez a Aragón. 

    Pareja en la plaza

    Nacido en Medellín, Fernando Botero (1932) es allí uno de los artistas más queridos  y también más detestados en algunos medios, explica la comisaria de la exposición Marisa Oropesa, muy próxima a Botero y su familia. Empezó muy joven a dibujar, viajó por toda Europa, estuvo en España en la Academia de San Fernando y se instaló en Italia porque estaba enamorado de los grandes maestros, como Masaccio y Giotto; estudió mucho a Bernard Berenson, historiador muy interesado en los volúmenes de estos grandes artistas, hecho que influyó en el mundo del artista colombiano. Por ello, para él el pasado tiene una gran importancia. En Italia pintó mucho al fresco y también pasó tiempo en Nueva York, en los años del informalismo, el expresionismo abstracto y el Pop Art.

    Matadora

    “Los cuadros reflejan su conexión con su mundo colombiano; el volumen, el color y el tema son los tres agentes de la obra de Botero, además de tener la capacidad de detener el tiempo, y sus temas principales son la religión, los bodegones, las escenas costumbristas y la relación con la naturaleza”, explica la comisaria. Botero se reconoce por el volumen de las formas, el colorido y la definición de los contornos, tanto en sus personajes como en animales u objetos. Admirador de Sanchez Cotán, especialmente interesantes resultan  los bodegones, como Bodegón azul (1963), la obra más antigua de la muestra, alegre, con vivos colores y presentando un escenario muy matissiano; Naturaleza muerta con sopa caliente (1968) tiene un eco barroco por sus cortinajes y por la alusión al paso del tiempo con la sopa humeante. Una de las obras especialmente atractiva es Florero (2002), en la que se diría que Botero está jugando con el equívoco: parece una cerámica pero es una escultura en bronce con pátina gris, muy pesada por cierto, de unos 50 cm, representando un jarrón con flores. También se exponen esculturas de mediano tamaño, como Amantes (2002) y Caballo con brida (2013), con las formas voluminosas que le caracterizan.

    Carnaval

    Con 90 años, Botero sigue trabajando y, de su última etapa, se presentan interesantes dibujos a lápiz con toque de acuarela de personajes que evocan una vida alegre, con baile, música y el mundo del teatro con máscaras. Botero está representado en importantes museos de todo el mundo y en colecciones privadas y se ha convertido en uno de los pocos artistas vivos que son conocidos y reconocidos por el público en general por todo el mundo. Hasta el 12 de febrero de 2023 puede visitarse junto a las obras de Francisco de Goya, su gran referente, el maestro al que más ha admirado. [Marga Perera]

    Santa Rosalía
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