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    «El mejor paisaje suizo jamás pintado»

    La acuarela de Joseph Mallord William Turner (1775-1851) El puerto del Spluga es una de sus vistas suizas más elogiadas, y se encuentra entre el raro puñado de ese grupo que todavía permanece en manos privadas. En la segunda mitad del siglo XIX, su fama incluso eclipsó el halo del que gozaban las que había hecho sobre el Rigi, después de que el crítico de arte John Ruskin lo proclamara ‘el mejor paisaje suizo pintado nunca por el hombre’. Procedente de la colección de E.J. Safra, sale a pujas en Christie’s el 25 de enero entre 1,5 y 1,9 millones de euros. El puerto del Spluga refleja el interés del artista inglés por representar los lagos y montañas del país transalpino. Inicialmente esperaba ver sus acuarelas publicadas como una carpeta de grabados, siguiendo el modelo de sus Vistas pintorescas de Inglaterra y Gales, culminadas en 1838. Sin embargo, según Ruskin, cuando Turner propuso hacer acuarelas a partir de unos apuntes a color que había tomado durante su viaje a Suiza en 1841, surgieron dudas entre sus clientes sobre lo que percibían como un nuevo estilo cuyas obras, además, tendrían un precio significativamente más alto. El relato de Ruskin sobre el proceso de búsqueda de encargos para los bocetos se ha mantenido hasta hace poco incuestionable, incluso teniendo en cuenta que en aquel momento el famoso crítico de arte estaba sometido a una enorme tensión en vísperas de un juicio por difamación a causa de sus comentarios despectivos sobre las obras de James Abbott McNeill Whistler. En su versión de los acontecimientos, Ruskin contaba que en la primavera de 1842 el agente de Turner, Thomas Griffith, le había enseñado, a él y a un selecto grupo de coleccionistas, quince esbozos a color de los que podían elegir los temas que preferían; el objetivo era generar pedidos para 10 obras. Los bocetos (que ahora se conservan mayoritariamente en la Tate), se acompañaban de cuatro acuarelas perfectamente terminadas que permitían ver cuál sería el resultado final. Treinta y seis años después, Ruskin contó que El puerto del Spluga fue uno de los cuatro prototipos y dijo que ‘vio en apenas un instante’ que era ‘el dibujo alpino más noble que Turner había hecho hasta entonces’; y como resultado ‘le escribí a mi padre, diciendo que me gustaría tenerlo, si estuviera en casa a tiempo para verlo, y me diera permiso’. Sin embargo, a pesar del interés de Ruskin, la acuarela fue adquirida por su rival, Munro de Novar.

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