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    El museo sin prisa: en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando

    Deambular es caminar sin una dirección determinada. A eso invita el Museo de la Real Academia de Bellas Artes una vez se accede a sus salas. Recorrer sus pasillos de manera pausada. Admirar tantas pinceladas centenarias, aunque no solo de pintura vive esta venerable y, al tiempo, desconocida, o no suficientemente conocida, institución. El museo de la Real Academia de Bellas Artes es una de las mejores pinacotecas de España y recorrerlo es empaparse de cinco siglos de historia del arte, desde el Renacimiento a la creación actual del siglo XXI. Y en ella el artista de Fuendetodos, inquilino de honor, se reivindica con una exhibición de sus grabados y matrices. Cuando arrancamos la conversación con Alfredo Pérez de Armiñán (Madrid, 1952), vicedirector-tesorero, con una dilatada trayectoria en el mundo del arte y jurista dedicado toda su vida a la protección del patrimonio, lo primero que nos dice es que se trata de “una colección bastante extensa” en la que, junto con la obra pictórica conviven desde la escultura al dibujo, pasando por el mobiliario. Inaugurada en 1752 (aunque con sede en el madrileño palacio de Goyeneche desde 1773), es la institución cultural más antigua de España y fue la primera colección pública de bellas artes, la única hasta la apertura del Museo del Prado en 1819.

    La Academia de Bellas Artes de San Fernando, y su museo, reúnen un núcleo fundamental de la historia del arte, quizá no suficientemente conocido. ¿Qué compone su fondo? En el museo de la Academia se puede apreciar la evolución del arte occidental desde el siglo XVI hasta nuestros días, esencialmente del arte español, aunque guarda también importantes obras de pintura italiana y flamenca, como sucede en casi todos los grandes museos españoles. Es una colección bastante extensa que se distribuye en 59 salas y que alberga unas 1.800 obras, aunque expuestas solo se vea una cuarta parte. Tenemos, además de pintura, escultura, vaciados, planos de arquitectura, gabinete de dibujos, de referencia en su género y, junto con el del Museo del Prado y el de la Biblioteca Nacional, sin duda el más importante de España, especialmente para el dibujo italiano de los siglos XVI, XVII, e incluso XVIII. Hablar de la Academia de San Fernando es hacerlo del museo y de las colecciones, que incluyen todas las de la Calcografía Nacional, empezando por las series grabadas de Goya que desde finales de marzo se puede ver junto con sus matrices. Es decir, las planchas de grabado utilizadas por el artista y que constituyen un gran patrimonio porque sin el conocimiento de ellas no se puede entender el trabajo del artista en su conjunto. El público las puede apreciar como lo que son, grandes obras de arte. Se puede decir que la Academia es la segunda colección de Goya del mundo, especialmente por la obra grabada, compuesta tanto de estampas como de matrices, lo que la hace única.

    La exposición, por tanto, significa un hito en la historia de la institución con respecto a Francisco de Goya Es un cambio radical en la percepción de las colecciones. Y lo voy a explicar con un ejemplo. Si el Museo del Prado, que posee más de 140 pinturas del maestro, sin contar los dibujos, tuviera guardadas tres cuartas partes de esas pinturas, aunque su colección siguiera siendo igual de importante, la apreciación de la misma no sería la misma. Y es lo que ha sucedido aquí por una razón muy elemental, porque las planchas de Goya, estaban guardadas en la caja fuerte de la institución y no habían podido ser contempladas por falta de espacio y además estaban aceradas o niqueladas para poderse estampar. Desde 1981 la Academia decidió no volver a estampar las planchas. No se ha podido restaurar al cobre original hasta ahora porque ha faltado un instrumento técnico, lo que hemos solventado gracias a nuestra colaboración con el Instituto para la Gráfica de Roma, que había ensayado la técnica de desacerado de las planchas con las de Piranesi y Tiepolo, y que nos ha permitido, con la misma técnica, devolver al cobre original las planchas de Goya.

    Y un hito también en cuanto a la Academia de Bellas Artes como museo y centro expositivo Sin duda, dentro de la historia de esta casa y dentro de la situación del sistema de museos en Madrid. Ahora se puede apreciar la importancia de la colección que tenemos, que siempre fue considerada la segunda del mundo, pero que no se podía contemplar en su integridad. Hasta ahora.

    Las planchas cobran una importancia inédita Goya las convierte en obras de arte en sí mismas. No son meros instrumentos o bases para la estampa. Ahora son obras de arte consideradas como tales que puede ser contempladas y estudiadas directamente. Podemos ver la mano del Goya grabador y dónde trabajó directamente. No se valió de ayudantes para plasmar el dibujo, sino que fue él quien creó su propia obra. Los trabajos, que han durado tres años, han sido dirigidos por el académico Juan Bordes. Un trabajo, pues, conjunto que era necesario presentar de forma permanente, de ahí la ampliación del Gabinete de Goya, de modo que siempre se puedan ver al menos tres de las grandes series, que serían alternativamente Los caprichos y los Desastres de la guerra, con alrededor de 80 planchas, más Los disparates y La tauromaquia. En el caso de esta, estamos ante la única serie que no va a poder ser restaurada todavía porque está cromada y no existe una técnica aún segura para levantar la capa de cromado de las planchas. Y, por tanto, se seguirá exponiendo, como está actualmente, en el antiguo gabinete… [Gema Pajares. Foto: Alfredo Arias]

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