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    La colección de Sara Navarro

    Como los chapines escarlata para Dorothy, los zapatos han sido para Sara Navarro (Elda, 1957) la llave que le abrió las puertas de ese reino de Oz que es la moda. La diseñadora es la tercera generación de una saga alicantina de artesanos e industriales del calzado por lo que su destino, de alguna manera, estaba escrito. Se formó en Milán con Gianfranco Ferré y lanzó su propia firma con apenas 21 años. Pronto su estilo sofisticado llamó la atención de modistos como John Galliano, Sybilla, Angel Schlesser o Roberto Verino, entre otros muchos. Sus creaciones se han presentado en las mejores pasarelas siendo lucidos por clientas tan exclusivas como la reina Letizia. Lo que no todo el mundo sabe es que, en paralelo a la moda, la diseñadora, que en 2005 recibió la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, ha cultivado con igual intensidad su afición al arte contemporáneo. Hizo su primera adquisición con 17 años y hoy puede presumir de tener una colección que refleja su personalidad “nada convencional e influenciable”. Estas obras han salido de su casa por primera vez para ser mostradas al público en el MUBAG de Alicante. La exposición, titulada El arte como inspiración y comisariada por la galerista Begoña Martínez Deltell, tiene como hilo conductor a la inolvidable protagonista del relato del Mago de Oz. Da la bienvenida al visitante El coleccionista, una obra de Javier Calleja que dialoga con un escarpín color cereza adornado con rubíes y diamantes con el que se hace un guiño a Dorothy (alter ego de la diseñadora), quien en su camino de vuelta a casa, descubre que solo se llega al conocimiento mediante “la confianza en una misma, la libertad y el pensamiento crítico”. 

    ¿Es la primera vez que expone su colección en un museo? Sí, y también la primera que la muestro en público, nunca antes había salido de mi casa. Recuerdo cuánto me emocioné el día que llegaron las obras al museo en sus cajas… Me senté en unas escaleras y se me saltaban las lágrimas. Sentía que al fin estaban en su sitio.

    Verlas en otro contexto siempre abre nuevas perspectivas. ¿Percibe un hilo conductor entre ellas? En realidad yo he comprado de una forma muy intuitiva, guiándome por lo que me emocionaba, pero el resultado es coherente, existe una armonía entre las piezas, aunque evidentemente también hay una evolución porque empecé a coleccionar hace 40 años… 

    ¿Cómo han ido cambiando sus intereses? Bueno, en los comienzos me decanté por artistas que yo llamo “clásicos” como Tàpies, Lucio Muñoz, Hernández Pijuan o Guinovart, tengo mucho de la Escuela catalana que fue determinante en los años 70 y 80. Más adelante incorporé fotografía y arte emergente. También he querido tener nombres internacionales como Jannis Kounellis o Arnulf Rainer….  [Vanessa García-Osuna. Foto: Víctor Cucart. Cortesía Galería Daniel Cuevas]

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