“Solo hay dos fuerzas en el mundo, la espada y el espíritu. A la larga, la espada siempre será conquistada por el espíritu”, declaró Napoleón Bonaparte (1769-1821). Aspirante a escritor, lector compulsivo, amante del arte y de su poder de comunicación, se vio empujado a sus hazañas por el ansia de poder y gloria, pero también por la necesidad de conocimiento y la ambición de asociar su imagen a las grandes civilizaciones del pasado. Mientras sufría la angustia del exilio en la remota isla de Santa Elena, el legendario militar corso pensaba que la posteridad le admiraría no sólo por sus batallas, sino también por haber llevado la cultura y la belleza al pueblo, por crear el sistema escolar estatal y la idea moderna de un museo universal, abierto a todos.
De esta faceta de su vida nace el docufilme Napoleón: En el nombre del arte que se estrena el 9 de febrero en los cines. El oscarizado actor Jeremy Irons es el narrador que lleva al espectador a lugares vinculados a la historia napoleónica como el Duomo de Milán (donde por primera vez una orquesta interpreta el Te Deum de la ceremonia de coronación) o las salas de la Biblioteca Braidense. En palabras de su director, Didi Gnocchi: “Doscientos años después de la muerte de este hombre dinámico, que «asaltó las páginas de los libros como los ejércitos a los campos de batalla», queremos reflexionar sobre su legado. Nuestra película documental pretende investigar la compleja relación entre Napoleón, la cultura y el arte en sus múltiples y contradictorias manifestaciones: como soporte político-ideológico para legitimarse como heredero del mundo clásico y de sus grandes hombres; como instrumento para la educación estética, moral y cívica de los ciudadanos; como objeto de propaganda al ser el botín de guerra ganado por la Francia revolucionaria; y como lenguaje para construir una nueva iconografía imperial y un nuevo estilo arquitectónico.” [Consultar cartelera. Arte en Pantalla. www.acfeventos.com]
