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    Ostende celebra a James Ensor

    “La reina de los mares volubles, de arenas suaves y cielos cargados de oro y ópalo”, eso era para James Ensor (1860-1949) Ostende, la localidad flamenca en la que vino al mundo y donde pasaría toda su vida, que sería su musa e inagotable fuente de inspiración. Adoraba a sus gentes, el tempestuoso Mar del Norte, y el carnaval que cada año pintaba de colores sus calles. En 2024, con motivo del 75º aniversario de su muerte, su ciudad natal celebra el Año Ensor con un amplio programa de exposiciones y eventos que quieren desvelar al auténtico «hombre detrás de las máscaras».

     Rose, Rose, Rose! À mes yeaux es el sugerente título de la exposición que puede visitarse en el Mu.Zee (del 16 de diciembre al 14 de abril) que muestra cómo el pintor de Ostende conectó la pintura académica del siglo XIX con el arte moderno de finales del XIX y principios del XX. Ensor fue un prolífico pintor de bodegones. Pero si en sus inicios creó composiciones tradicionales pronto empezó a introducir innovaciones en el género. Primero lo hizo «animando» los objetos que pintaba de manera inquietante (por ejemplo, haciendo que los mirara una raya muerta o una concha, o añadiendo máscaras que observaban las cosas), mientras que en su obra posterior lo hizo pintando de forma onírica o fantástica (por ejemplo, con pequeñas ninfas revoloteando alrededor de un ramo de flores). Las naturalezas muertas creadas entre 1880 y 1939 reflejan su evolución: de oscuras y clásicas a coloristas y expresivas, luminosas y etéreas.

    James Ensor, Rosas, 1892. Koninklijke Musea voor Schone Kunsten van België, Brussel. Foto: J. Geleyns

    En la Casa Ensor (Ensorhuis), en la calle Vlaanderenstraat, a menos de 100 metros de la playa, el artista pasó los últimos 30 años de su vida alumbrando la mayor parte de su obra. Esta casa-museo albergará dos exposiciones, ambas comisariadas por Xavier Tricot. La primera (del 21 de marzo al 16 de junio), se centrará en el autorretrato, género que tuvo gran relevancia en su producción, reuniendo algunos de sus ejemplos más paradigmáticos; mientras que la segunda, Sátira, Parodia, Pastiche (del 19 de septiembre al 12 de enero de 2025), examina cómo el artista belga denunció la represión, la justicia despiadada o la crítica de arte hueca a través de obras satíricas o caricaturescas que atestiguan su penetrante visión de la naturaleza humana.

     Ostende: El paraíso imaginario de Ensor, comisariada por Herwig Todts, se despliega en las Galerías Venecianas (del 29 de junio al 27 de octubre) y profundiza en el estrecho vínculo que el artista mantuvo con su ciudad natal. Se explica desde la influencia del negocio familiar (una tienda de recuerdos y artículos de playa), a su implicación en la vida social y cultural de la ciudad participando en el Cercle Artistique de Ostende o siendo miembro fundador del Rotary. También se analiza la visión artística que Ensor tenía de Ostende, al que consideraba no sólo su paraíso imaginario sino también un lugar amenazado por la modernidad. Vemos cómo la forma en que el mar, pero también los tejados de las casas, los muelles, las dunas o los pólderes [tierras ganadas al mar], le inspiraron imágenes misteriosas, puerilmente felices o idílicas de las que habló con indisimulado orgullo en sus textos literarios: «diques prestigiosos… que enmarcan tan alegremente la ciudad de luminosidades perladas y reflejos opalinos».

    Casa Ensor © Toerisme Oostende vzw – James Ensorhuis – Nick Decombel Fotografie

    En los últimos años, el centro Fort Napoleon se ha forjado una buena reputación por organizar exposiciones aptas para los más pequeños. Siguiendo esa tradición, ha preparado una curiosa muestra familiar basada en un libro infantil sobre el artista. Grandes obras para pequeños expertos (del 16 de diciembre al 14 de abril) presenta a los niños a James Ensor de una forma sorprendente a través de un cuaderno de actividades, juegos y exploraciones.

    «Ensor fue un artista fascinante, sorprendente, innovador, provocador, satírico… Su rica personalidad ofrece suficientes facetas para inspirar también a las gentes del siglo XXI. Deja que trabaje tu imaginación, igual que lo hizo la suya. Estamos abiertos a todo lo que, interpretado en sentido amplio, respete el espíritu de Ensor». Esa petición realizada por los organizadores del Festival Ensor recibió una entusiasta acogida. Fueron un centenar las propuestas recibidas de las que se han seleccionado 75 que configuran el eje de este evento que propone un sinfín de actividades, entre exposiciones, conciertos y proyectos en el espacio público, que podrán disfrutarse a lo largo de los próximos 9 meses. En 2024, Amberes participa en el Año Ensor con exposiciones en cuatro museos de la ciudad, mientras que Bruselas homenajeará al artista flamenco con otras dos muestras. [visitfanders.com]

    James Ensor, Col roja y vaso de vino verde, 1925. Privéverzameling. Foto: Vincent Everarts
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