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    Por una memoria sanadora

    “No heredamos la tierra de nuestros antepasados, la tomamos prestada de nuestros hijos”, reflexiona Tuan Andrew Nguyen (Saigón, 1976), ganador de la octava edición del Premio Joan Miró. La exposición Nuestros fantasmas viven en el futuro, que se presenta en la Fundació Joan Miró comisariada por Martina Millà, reúne algunos de los proyectos emblemáticos de este creador vietnamita-estadounidense para quien “nuestros fantasmas no son sólo los traumas sin resolver que proceden del pasado sino que pueden ser también los sueños y fantasías que tenemos del futuro”. 

    Nacido en Saigón, criado como refugiado en Estados Unidos y afincado hoy en Ho Chi Minh, Nguyen explora el poder de la memoria y su potencial para actuar como forma de resistencia política investigando los traumas causados por el colonialismo, la guerra y los desplazamientos forzados. “Esta exposición es una suite de proyectos que de alguna forma están interconectados. Dos de las obras comienzan al final de la Primera Guerra de Indochina, que duró de 1945 a 1954, a raíz de la que Vietnam se independizó del colonialismo francés; y el segundo momento pone el foco en los rescoldos de la contienda entre Vietnam y Estados Unidos, y los diversos desplazamientos generados a raíz de ambos conflictos.”

    Se proyectan algunas de las videoinstalaciones más relevantes de su producción reciente, así como una selección de sus esculturas confeccionadas con bombas y proyectiles de artillería de la guerra de Vietnam. Nguyen utiliza su experiencia personal y la historia de su país como hilo conductor de su obra. “Empecé a pensar en material bélico sin explotar como una forma de memoria. Estos artefactos que encarnan la destrucción han estado ocultos, enterrados durante décadas. Son reliquias de la guerra. Yo las he recopilado y transformado en objetos con un valor estético, en dialogo con la historia del arte, concebidos para sanar.”

    Entre las obras exhibidas hay tres esculturas inspiradas en los móviles de Alexander Calder, gran amigo de Joan Miró, que criticó abiertamente la guerra de Vietnam. Sin embargo, a diferencia de los de Calder, los móviles de Nguyen están confeccionados a partir de los explosivos que se utilizaron durante aquella mortífera contienda. Además, son piezas sonoras, que han sido afinadas para emitir ciertas frecuencias con propiedades relajantes y curativas. En definitiva, son obras con una carga simbólica profunda que destilan la idea budista del poder transformador de la compasión. [Imagen: © Fundació Joan Miró. Foto: Pep Herrero] Hasta el 24 de septiembre. Fundació Joan Miró, Barcelona. Fmirobcn.org

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