La ciudad holandesa de Maastricht se convierte hasta el próximo 30 de junio en la meca de los coleccionistas de arte más sibaritas. La pandemia ha obligado a trasladar a junio la tradicional cita del mes de marzo, pero lo que no cambia es su estricto comité de selección cuyos exigentes estándares de calidad han superado los 242 expositores que ofrecen piezas de importancia museística. En su edición 35ª la feria TEFAF Maastricht incluye un quinteto de galerías españolas. La madrileña Caylus expondrá un retrato de Juan López de Robredo, bordador de Carlos IV, captado por Francisco de Goya entre 1798-1799. Jorge Coll, director ejecutivo de Colnaghi, la histórica galería fundada en 1760 y con sedes en Madrid, Londres y Nueva York, ha reservado para la cita una escena mitológica del napolitano Luca Giordano, El triunfo de Galatea, un óleo de gran formato fechado en 1675 que procede de una colección veneciana.
Una de las sorpresas aguarda en el stand de la barcelonesa Artur Ramon Art que ofrece una obra temprana de Edvard Munch, Retrato de Thor Lütken. Deborah Elvira, una referencia en joyería histórica, propone una cruz pectoral colonial barroca con piedras de roca engastadas y decoraciones de flores esmaltadas de vivos colores. Por último, la catalana Mayoral apostará por el arte de la posguerra española con pinturas, dibujos y esculturas de firmas como Miró, Picasso, Dalí, Tàpies y Chillida. Parada obligada para el coleccionista español es el stand de Lullo Pampoulides en el que deslumbra una estatua de San Sebastián de tamaño casi natural, tallada por el escultor y arquitecto castellano Diego de Siloé con apenas 20 años, entre 1514 y 1515. Esta escultura se ofrece por primera vez en el mercado, y la obra marca el momento crítico en el que este artista burgalés infundió a su bloque de mármol los elementos estilísticos que había absorbido en sus viajes por Italia y que le llevaron a abandonar la tradición y a adoptar el nuevo y totalmente revolucionario estilo renacentista.
La oferta de pintura antigua incluye un autorretrato de la artista italiana Artemisia Gentileschi en el que se representa como Cleopatra en su lecho de muerte, puede admirarse en el stand de Jean-François Heim. El inglés Richard Green, una referencia en Antiguos Maestros, presenta un suntuoso bodegón de Jan Frans van Dael. En este cuadro, el pintor recrea una gran variedad de flores, con al menos 20 especies presentes, y pinta cada una de ellas con detalle.
El anticuario Bijl-Van Urk expone Retrato de un hombre como Jacob, de Michaelina Wautier que supone una importante adición a la obra de esta pintora flamenca cuyo reconocimiento no hace más que crecer. “El espectacular siglo XIX” así define su especialidad de la Galería 19C, con sede en Beverly Hills, que exhibe Joven durmiendo, una de las primeras pinturas en las que Courbet exploró el tema de una mujer dormida. Referencia mundial en tapices históricos, la casa belga De Wit Fine Tapestries, fundada en 1889, presenta un fragmento de Hortus Conclusus tejido en lana y seda. El excepcional tapiz procede del sur de los Países Bajos y se tejió a principios del siglo XVI.
La arqueología es uno de los puntos fuertes de esta feria que cuenta entre sus obras estelares con un mármol de finales del siglo V a.C, que representa un rostro de un joven varón, posiblemente Apolo; esta bella escultura, bautizada como la Cabeza de von Heyl, se pone a la venta por la galería suiza Cahn A.G. También hay que mencionar una figura de cerámica de una dama de la corte de la dinastía Tang, que ofrece el especialista en arte asiático Ben Janssens.
